2 º ESO

miércoles, 11 de abril de 2018

LA LETRA G. DICTADO


Se restará 0,5 puntos por falta de ortografía.


La jirafa

Aquella jirafa salvaje nunca se estaba quieta, no había manera de sujetarla y había que vigilarla constantemente. Además, comía mucho: hojita a hojita al cabo del día ingería varios kilos de vegetales. De hecho, en el zoo ya habían inventado un artilugio para dosificarle las ingestas.

Semejante animal, con sus costumbres asalvajadas, era, sin embargo, la delicia de todos. Y es que tenía buen humor, de veras, a veces parecía que se carcajeaba mientras se protegía del sol bajo un árbol. 


Aunque no era alérgica, tenía la pobre una salud delicada y siempre andaba con problemas de faringe. Algunos dicen que uno de los cuidadores llegó a tejerle una bufanda para el invierno... Desde luego, era un prodigio de la zoología.

* Carcajear: reír a carcajadas.